Las cataratas son una opacidad total o parcial del cristalino del ojo. Se producen cuando la lente natural del ojo, el cristalino, que tiene capacidad refractiva y permite enfocar los objetos y el paso de la luz, va perdiendo transparencia progresivamente. Esto ocurre como parte natural del proceso de envejecimiento de cada persona.
Aunque también existen otros factores que las propician, como la diabetes, las infecciones o traumatismos oculares y la herencia genética.
La única alternativa de tratamiento para este problema visual es la operación de cataratas a través de facoemulsificación e implante de una lente intraocular.
Actualmente, la operación de cataratas se realiza lo más precozmente posible, una vez que el paciente comienza a notar sus síntomas y a percibir un deterioro de su calidad de visión, independientemente de si tiene o no problemas refractivos (presbicia, miopía, hipermetropía y/o astigmatismo).
La cirugía de cataratas mediante facoemulsificación e implante de lente intraocular que sustituye al cristalino del ojo es la intervención más frecuente en el mundo de la oftalmología y el procedimiento cuyos resultados son más positivos y reportan una mayor impacto en la calidad de vida y en la visión de los pacientes. Con esta operación, el paciente puede reducir el uso de las gafas después la cirugía.
Una lente intraocular multifocal es aquella que se coloca dentro del ojo durante la cirugía de cataratas y se sustituye por la lente natural del ojo, el cristalino. El objetivo es proporcionar una visión de lejos, visión intermedia y de cerca y poder prescindir de las gafas.
Los pacientes que pueden en principio ser sometidos a un implante de lentes multifocales son aquellos con un ojo normal (no padecen ninguna otra enfermedad ocular), tienen un defecto visual especialmente elevado (por ejemplo, más de 10 dioptrías de miopía o más de 5 de hipermetropía), y son mayores de 45-50 años. Para pacientes de mayor edad, que se operan de cataratas y tienen un potencial visual normal, pueden ver mucho mejor usando estas lentes, ya que permiten evitar el uso de gafas a todas las distancias.
Los pacientes deben acudir a una consulta oftalmológica previa en la que se valorarán sus necesidades y se realizarán las pruebas necesarias para seleccionar la lente intraocular más adecuada. Además, se les indicarán las gotas que tiene que utilizar antes de la cirugía
Tras la operación el paciente puede marcharse a su casa. Debe permanecer en reposo al menos hasta el día siguiente y evitar la lectura y los esfuerzos al menos durante una semana. El cirujano oftalmólogo indicará si debe tomar alguna medicación o la administración de gotas.