Un hemograma es una de las pruebas de laboratorio más comunes. Tras la extracción de sangre, se evalúan los elementos celulares que están presentes en la sangre. Sus aplicaciones son muy amplias, ya que sirven para identificar patologías y trastornos tales como:
Anemia
Alteraciones en la forma y composición de los glóbulos
Procesos proliferativos anormales como la policitemia vera (glóbulos rojos), las leucemias (glóbulos blancos) o la trombocitemia primaria (plaquetas)
Infecciones
Disminución del número de plaquetas
Número de glóbulos rojos
Número de glóbulos blancos
Hemoglobina
Hematocrito
Volumen corpuscular medio
Concentración de hemoglobina corpuscular media
Plaquetas
Fórmula leucocitaria (5 poblaciones)
Un análisis para la detección de enfermedades de transmisión sexual puede ayudarnos a diagnosticar las siguientes patologías:
La clamidia y la gonorrea se detectan mediante un análisis de orina o un hisopado dentro del pene en los hombres o del cuello uterino en las mujeres. Posteriormente, la muestra se analiza en un laboratorio. Los análisis para la detección son importantes, ya que si no tienes signos ni síntomas, el paciente puede no saber que tienes alguna de estas infecciones.
Se recomiendan realizar los análisis de VIH a las personas activas sexualmente que hayan mantenido relaciones sexuales frecuentes sin protección y variando de parejas.
Se recomienda solicitar un análisis de VIH, sífilis y hepatitis si:
El resultado es positivo para otra infección de transmisión sexual, lo que aumenta el riesgo de tener otras infecciones de transmisión sexual
Si se ha tenido más de una pareja sexual desde el último análisis.
Si se han mantenido relaciones sexuales sin protección frecuentemente.
Estás embarazada o planeas quedar embarazada
El médico hace el análisis para la detección de sífilis mediante una muestra de sangre. La muestra se examinará laboratorio.
Un análisis de sangre también puede ayudar a detectar una infección por herpes, aunque los resultados no siempre son definitivos. Ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH) pueden provocar cáncer cervicouterino, mientras que otras variedades del VPH pueden provocar verrugas genitales. Muchas personas sexualmente activas se infectan con el VPH en algún momento de sus vidas, pero nunca presentan síntomas. El virus por lo general desaparece dentro de los dos años. Por ello, es importante realizar exámenes médicos y análisis de sangre regularmente para garantizar nuestro estado de salud.
El VPH también ha sido relacionado con el cáncer de vulva, vagina, pene, ano, y boca y garganta. Las vacunas pueden proteger tanto a los hombres como a las mujeres de algunos tipos de VPH, pero son más eficaces cuando se las administra antes de que comience la actividad sexual.